Toda la atracción
sexual que no siento hacia uno de los hermanos, la siento por el otro… es
intensa, el viernes lo descubrí.
Todo comenzó hace
un mes, mi amigo me enseñó unas fotos del hermano y yo le dije “yo le doy jaja”
pero mi amigo me dijo “No se meta con mi hermano” yo le prometí a mi amigo que
no lo iba a hacer, hay comenzó el problema.
Un mes después a
las 9 de la noche, entremos al lugar de la fiesta, el hermano estaba en la
entrada y me dijo “vos sos la famosa Valeria, me han contado mucho de vos”… En
ese instante me di cuenta que la promesa que le había hecho a mi amigo iba a
ser muy difícil, la atracción fue inmediata.
Intenté alejarme
de él, tenía dos razones para evitar al hermano de mi amigo, pero él me seguía buscando…
él también sintió la conexión carnal que había entre nosotros, después de mucho
rato de evadirlo, y con 4 tragos en mi sistema, decidí rendirme y dejar que el
hermano se me acercara.
Comenzamos a
hablar, la tensión entre nosotros era increíble, estábamos sentados afuera
hablando… aunque va a sonar raro yo era la atracción de la fiesta la chica
nueva, la que nadie conocía, por ese motivo tenía la atención de todos, por
este motivo mientras mantenía una conversación con el hermano, dos chicos se
nos acercaron y se unieron a la conversación.
Hablamos del sexo
y las relaciones, entre temas y temas, uno de los chicos que llegaron después dijo
“chicos ¿que tal si apretamos?”, el hermano dijo “yo soy muy heterosexual como
para eso, a la única que besaría seria a ella”, el silencio se mezcló entre
nuestra charla, pero la risa de uno de los cuatro hizo que la conversación
volviera a su curso.
Las dos personas
que se llegaron a sentar con nosotros comenzaron a hablar de la conciencia y de
Dios, pero el hermano y yo estábamos muy ocupados dejando que nuestras mentes
se unieran de manera no física en un juego sexual peligroso y divertido, él se
acercó mucho a mi, comenzó a hablarme cerca de mi oído derecho, luego a pasar
cerca de mi boca y seguir hablándome por mi oído izquierdo, paso mucho tiempo,
me dio una forma de ver a Jesucristo como nunca nadie lo había hecho. Fue
divertido, me gustaba esa tensión que había entre los dos.
Pero no podía
pasar nada más, no debía pasar nada más, tenía dos razones para evitar que algo
pasara. Después de mucho conversar, me preguntó “¿Qué pasa si yo le doy un beso
y a usted no le gusta?, antes de que pudiera siquiera pensar en una respuesta
mi amigo me dijo “Vamos a fumar”; di un pequeño suspiro de felicidad, le di un
beso en el cachete al hermano, me puse de pie y me fui a fumar.