Estaba mi familia paterna
reunida y alguien me preguntó: ¿A vos quien te gusta?, con la inocencia de una
niña de cuatro años, sin los miedos y “reglas” que la sociedad impone respondí
lo que mi hipotálamo (me niego a decir corazón) me decía… A mí me gusta Ana
Luz, mi “mamá” me metió una cachetada que dejo a todos los presentes
sorprendidos, yo comencé a llorar desesperada, nos fuimos rápido de la fiesta,
en el camino me regañaron y me “explicaron” que yo no podía decir eso, que no
me podían gustar las mujeres, que me tenían que gustar los hombres y así con
una cachetada entre al closet.
Han pasado catorce años, el
clóset ya no está limpio como al principio, sus paredes ya no son blancas y el
espejo ya no está intacto, las paredes están llenas de sangre y uñas, el piso
está lleno de sangre, pedazos de vidrio y sangre, en el espejo solo quedan
pocos pedazos, varias veces golpee el espejo a golpes y con los trozos que
caían me corte las plantas de los pies. El cuarto tiene un olor horrible, es
casi imposible respirar, sin embargo, sigo encerrada bajo llave.
A la puerta de tantos golpes le
he hecho agujeros, por los cuales he intentado salir, pero solo he logrado
lastimarme más.
Recuerdo una vez hace dos años,
en la casa solo estábamos mi “mamá” y yo, ella me vio a los ojos y me dijo ¿A
usted le gustan las mujeres?, no existen las palabras para explicar las ganas
que tenía de decirle “Si, me gustan las mujeres”, pero al ver los ojos de ella,
llenos de odio, miedo y resentimiento, las palabras se llenaron de temor,
corrieron por mi garganta y se cambiaron su disfraz “No, a mí me gustan los
hombres”, ella me abrazó mientras que yo me destruía por dentro, lentamente caía
en una agonía cada vez más fuerte.
Yo no uso maquillaje y todo es
culpa de mi madre, una vez vio una foto donde una amiga mía que es lesbiana me
estaba dando un beso en el cachete, cuando llegue a mi casa, mi “mamá” me
agarró a golpes, me pego tantas veces, que me dejó casi inconsciente en el
piso, al día siguiente para poder ir al colegio me tuvo que maquillar para que
no se me vieran los moretes.
Estoy en el closet, porque mi “mamá”
es homofóbica, estoy en el closet, porque si yo soy “así” van a molestar a mis
hermanos, estoy en el closet, porque ser “así” está mal, estoy en el closet,
porque tengo miedo de que si salgo me obliguen a volver a golpes, estoy en el
closet, porque mi “mamá” me dijo que si salgo me va a sacar de la casa.
Mi nombre significa “La que es
valerosa y sana”, pero yo no soy valerosa, vivo con miedo, tengo pánico,
yo amo a una muchacha y no puedo besarla, abrazarla o tomarme fotos con ella
porque mi “mamá” me mataría, me odio, no por ser bisexual, me odio por no tener
los ovarios para ser libre.